Sevillanas
En la orillita del río,
no se hacen promesas, niña,
no se hacen promesas,
por que se enfrían enseguida
con el agua fresca.
Cuéntame algún secreto
niña,
algún secreto,
que me vuele bien alto
rozando el cielo.
Ay.. Que tormento
que me duela hasta el aire
sino te entiendo
Ay… que suspiro,
que se me ahogue el corazón
en un quejido.
En la noche estrellada
brilla un lucero, niña,
brilla un lucero,
extiende tu mano firme
y préndelo en tu cabello.
Que pensabas junto al río, niña,
que transita sin nosotros,
pues como espejos de agua clara
son tu ojos.
Ay.. que tormento
que me duela hasta el aire
sino te entiendo
Ay… que suspiro,
que se me ahogue el corazón
en un quejido.
El olivo en la campiña,
la vid en el sarmiento,
que no corra la sangre
en mis venas
si yo te miento.
La noche se derrama
entre muros opalinos
caliente por tu pecho
sediento y al acecho.
Ay.. Que tormento
Que me duela hasta el aire
sino te entiendo
Ay… que suspiro,
que se me ahogue el corazón
en un quejido.
Francis.
X x x
El despertar de un nómada
Corren mis días,
sobres los tuyos,
sobres los tuyos,
a veces inquietos,
y los tuyos sobres los míos,
como una catarata
que cae al mar y ruge,
como una catarata que cae
en océanos infinitos.
Sopla el aire inquieto en la noche,
sorprende su inquietud desapacible,
bulle y balancea
construyendo sombras, inquietantes,
todo sigue igual,
como antes de mirarnos a los ojos,
todo sorprende alrededor.
Se hace eterno el desconsuelo,
como vivir en espuma de mar embravecido,
de caracolas de mil colores,
de conchas de rizos infinitos,
y retorna a cada instante
reinventándote con cada golpe de mar,
con cada ola triste,
como un barco encallado a la deriva,
que reposa su bravura entre tus brazos.
Resurge de sus sombras y navega,
a pleamar,
rumbo a mar abierto,
donde de nuevo,
todo recobra su sentido.
Se hace eterna la noche
al otro lado del mundo,
aun el sabor de tu piel
sobre mis labios,
desnudo sobre la cama deshecha,
a la par derrotado y victorioso,
aun me reta tu cuerpo,
en la noche estática.
Francis.
X x x
Desde el sol naciente.
Piensa y reposa,
la quietud de la noche te posee,
esquiva ya la enredadera,
y el tránsito de la vida se hace vivo,
cae largo ya el desencuentro,
apenas suspiras,
creciéndote en el encuentro
miras a través de ojos cansados,
una nueva mirada ahora asombra ya,
sublime, encuentra acomodo,
ahora está….. y alienta
destiló en sombras y tinieblas,
ahora perdura,
ya no hay duda
ni sombra.
Ahora que el tiempo perdido
de riquezas quiere acicalarse/
sin más propósito y reproche/
se encuentra firme en mí,
con su más desleal futuro,
pues pervives en mi
como imágenes proyectadas/
a contraluz/
el tiempo acrece y de teñido
nos trae un mal presagio/
que no se convierta en
epitafio/
sino en leyenda/
de alegre venidera/
y que llore el tiempo que
hemos perdido.
Cual sinrazón te invade/
espero ser sabia nueva que/
brota en el cercado/
pues al barro fui atado y/
piadoso juzgo al condenado/
que a corazón atañen
los sueños/
a las manos
el sudor de cada día/
al amor enamorado/.
Encuentra apasionada
sin hálito y resuello/
que el hábito del rumor
sin desconsuelo/
el ardid y la añoranza/
y la pasión ya descarnada
que brota en descubrimiento
y arriesga en el envite
y apuesta/
contra la fuerza de la razón/
aplasta la farándula/
de aquellos que presagian la vida entera
cercenando los sueños/
con un lacre,
con un sello de muerte/.
Se alza la vida
cual espejo que refleja/
tenue y pura/
nuestra esperanza
nuestro argumento/.
Francis.
X x x
Cae nieve en el océano
Flores destiladas
en el invierno impenetrable,
subsiste el amor acorazado
como hojas que caminan lentas
desde las copas altas
de los árboles,
Brillan adormecidos
los arroyuelos que surcan
la vida en tu cara,
como presagios que viven
en un futuro incierto.
Cae nieve en el océano
y risas revueltas
sorprenden a cada instante.
Cae nieve en el océano calido,
y la brisa se hace ligera
junto a ti.
Francis.
X14 x1 x2011
Espacios íntimos.
Desaconseja la tarde el paseo/
tarde de azul frío/
los ruidos se ahogan y
los colores se apagan con una pátina descolorida de espesa niebla/
se desvanece la tarde inquieta
y la noche enseñorea su quietud/
desaconseja la tarde el paseo
y mi alma se funde en los murmullos inquietos de tus labios/
Se roba a la noche
su compás del tiempo/
y en los portales se acurrucan
bien los sueños.
Francis.
X15 x1 x2011
Málaga ensueño
El tiempo renace
Málaga adormecida
en los brazos de su amante/
Envuelven las risas
una soledad sonora/
La calle juega a ser uno más
y nos envuelve como un
viajero incansable.
Tus ojos destilan
reflejos luminiscentes
suaves destellos/
la algarabía feliz/
suenan villancicos
en labios infantiles.
En el cielo un océano
de nubes opacas/
pequeños círculos
concéntricos de agua
se desvanecen
en el cristal./
La tempestad asola
ahí fuera/
mientras dentro
germina inocente
en nuestros labios.
Una lengua de tierra
recorta el cordaje
de los veleros amarrados
en el puerto.
El tiempo renace
Estático, insondable./
Francis
X12 x2 x2011
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