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martes, 8 de noviembre de 2011





Sevillanas





En la orillita del río,

no se hacen promesas, niña,

no se hacen promesas,

por que se enfrían enseguida

con el agua fresca.





Cuéntame algún secreto

niña,

algún secreto,

que me vuele bien alto

rozando el cielo.





Ay.. Que tormento

que me duela hasta el aire

sino te entiendo



Ay… que suspiro,

que se me ahogue el corazón

en un quejido.







En la noche estrellada

brilla un lucero, niña,

brilla un lucero,

extiende tu mano firme

y préndelo en tu cabello.





Que pensabas junto al río, niña,

que transita sin nosotros,

pues como espejos de agua clara

son tu ojos.







Ay.. que tormento

que me duela hasta el aire

sino te entiendo



Ay… que suspiro,

que se me ahogue el corazón

en un quejido.







El olivo en la campiña,

la vid en el sarmiento,

que no corra la sangre

en mis venas

si yo te miento.





La noche se derrama

entre muros opalinos

caliente por tu pecho

sediento y al acecho.







Ay.. Que tormento

Que me duela hasta el aire

sino te entiendo



Ay… que suspiro,

que se me ahogue el corazón

en un quejido.





Francis.

X x     x







El despertar de un nómada





Corren mis días,
sobres los tuyos,

a veces inquietos,

y los tuyos sobres los míos,

como una catarata

 que cae al mar y ruge,

como una catarata que cae

 en océanos infinitos.







Sopla el aire inquieto en la noche,

sorprende su inquietud desapacible,

bulle y balancea

construyendo sombras, inquietantes,

todo sigue igual,

como antes de mirarnos a los ojos,

todo sorprende alrededor.







Se hace eterno el desconsuelo,

como vivir en espuma de mar embravecido,

de caracolas de mil colores,

de conchas de rizos infinitos,

y retorna a cada instante

reinventándote con cada golpe de mar,

con cada ola triste,

como un barco encallado a la deriva,

que reposa su bravura entre tus brazos.







Resurge de sus sombras y navega,

a pleamar,

rumbo a mar abierto,

donde de nuevo,

todo recobra su sentido.







Se hace eterna la noche

al otro lado del mundo,

aun el sabor de tu piel

sobre mis labios,

desnudo sobre la cama deshecha,

a la par derrotado y victorioso,

aun me reta tu cuerpo,

en la noche estática.





                                            Francis.

                    X x     x









Desde el sol naciente.





Piensa y reposa,

la quietud de la noche te posee,

esquiva ya la enredadera,

y el tránsito de la vida se hace vivo,

cae largo ya el desencuentro,

apenas suspiras,

creciéndote en el encuentro

miras a través de ojos cansados,

una nueva mirada ahora asombra ya,

sublime, encuentra acomodo,

ahora está….. y alienta

destiló en sombras y tinieblas,

ahora perdura,

ya no hay duda

ni sombra.







Ahora que el tiempo perdido

de riquezas quiere acicalarse/

sin más propósito y reproche/

se encuentra firme en mí,

con su más desleal futuro,

pues pervives en mi

como imágenes proyectadas/

a contraluz/

el tiempo acrece y de teñido

nos trae un mal presagio/

que no se convierta en

epitafio/

sino en leyenda/

de alegre venidera/

y  que llore el tiempo que

hemos perdido.







Cual sinrazón te invade/

espero ser sabia nueva que/

brota en el cercado/

pues al barro fui atado y/

piadoso juzgo al condenado/

que a corazón atañen

los sueños/

a las manos

el sudor de cada día/

al amor enamorado/.







Encuentra apasionada

sin hálito y resuello/

que el hábito del rumor

sin desconsuelo/

el ardid y la añoranza/

y la pasión ya descarnada

que brota en descubrimiento

y arriesga en el envite

y apuesta/

contra la fuerza de la razón/

aplasta la farándula/

de aquellos que presagian la vida entera

cercenando los sueños/

con un lacre,

con un sello de muerte/.

Se alza la vida

cual espejo que refleja/

tenue y pura/

nuestra esperanza

nuestro argumento/.





                                         Francis.  

                              X x     x 











Cae nieve en el océano



 Flores destiladas

 en el invierno impenetrable,

subsiste el amor acorazado

 como hojas que caminan lentas

 desde las copas altas

 de los árboles,







Brillan adormecidos

los arroyuelos que surcan

 la vida en tu cara,

como presagios que viven

 en un futuro incierto.







Cae nieve en el océano

 y risas revueltas

sorprenden a cada instante.







Cae nieve en el océano calido,

y la brisa se hace ligera

junto a ti.





                                        Francis.  

                           X14 x1     x2011 







Espacios íntimos.



Desaconseja la tarde el paseo/

tarde de azul frío/

los ruidos se ahogan y

los colores se apagan con una pátina descolorida de espesa niebla/

se desvanece la tarde inquieta

y la noche enseñorea su quietud/

desaconseja la tarde el paseo

y mi alma se funde en los murmullos inquietos de tus labios/ 

Se roba a la noche

su compás del tiempo/

y en los portales se acurrucan

bien los sueños.  





                                         Francis.  

                            X15 x1     x2011 













Málaga ensueño





El tiempo renace



Málaga adormecida

en los brazos de su amante/

Envuelven las risas

una soledad sonora/

La calle juega a ser uno más

y nos envuelve como un

viajero incansable.







Tus ojos destilan

reflejos luminiscentes

suaves destellos/

la algarabía feliz/

suenan villancicos

en labios infantiles.







En el cielo un océano

de nubes opacas/

pequeños círculos

concéntricos de agua

se desvanecen

en el cristal./







La tempestad asola

ahí fuera/

mientras dentro

germina inocente

en nuestros labios.







Una lengua de tierra

recorta el cordaje

de los veleros amarrados

en el puerto.







El tiempo renace

Estático, insondable./



                                      Francis  

                        X12 x2     x2011 


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