La noche plena y una débil llama.
I
Cuando la vida se resume
en un salto absurdo y peligroso
en el vacío
más pródigo corrige el desencanto
cuando el miedo
se instala en nuestras sombras
y no cimbrea la danza
y sus desafíos inquietantes
ni sorprende ya la vida
con sus eternas espirales.
II
Oyeron los hombres largamente
las secuelas de la ira
repudiados del eterno paraíso
cuando la pasión más arcana y
enigmática los apartó por imperativo
del titánico mandato.
III
Nunca traspasarán la carne
las eternas leyes naturales
por ser transparentes a los ojos
las cosas que rápidamente hallamos.
IV
Creyó el omnipresente creador
haber enmudecido
esta débil llama
que se agita y oscila
como una estrella pulsante
genio creador débil carne
como la nota insustituible de una partitura
cuando la noche primera amanece
y siente el increíble latido
de la tierra incesante.
V
Más alejado del oscuro resplandor
amaneció la alborada sinuosa
de blancura fresca y tibia
y el azul del cielo se fugó
en el iris de tus ojos
creando en la tierra
un breve temblor.
VI
Mi ciudad desértica te espera
cuando rota la simetría
de mis calles imaginarias
por el tacto irresoluble de tus dedos
finja una sola caricia
transformar la sombra fulgente
de este mundo
y desate la pasión más viva
en cada abrazo
a la luz maravillosa
de cada expectativa.
VII
Como una llama que juega
es el pulso inestable
la noche del tiempo alejada
más preciosa e iluminada
pulido y maravilloso oro
el alma prisionera
en la noche estremecida
que no se sacia de tu carne.
VIII
Fértiles serán los años
y los paisajes
cuando la nota
del arpa desprendida
caiga de mis ojos
en lágrimas fugaces
felices por este salto
absurdo y peligroso en el vacío
y renazcan en tu amor
sonido más azul y precioso
todas las estrellas vibrantes.
Francis.
X15 x7 x2011
De ti y de mí
en la nueva estación.
Traspasarán la luz
las tardes nuevas de otoño.
I
Lo mismo que el viento
es extraño sentir
acantilado infinito
de cara a la noche
sentir tu piel primera
navegar misterioso el vivir.
II
Se entrometen
las tardes de otoño
huelen a universos fríos
a estrella errante
a tierra mojada
a paisajes sombríos.
III
Nadie duerme esta noche
¿Cómo vivir?
mi corazón quedó ya solo
las tardes desérticas
como reguero de polvo
el cometa brillante.
IV
Un grito me auxilia
en el mortal vacío
mi cuerpo desnudo
naciendo en mis ojos
todas las estrellas flotantes
turbado por la fiebre
de mi propia nostalgia.
V
Ahora que vuelves
como el junco tocado por
la delgadez plácida del agua
acariciar tu imagen
crepitando entre mis llamas
soñar contigo
sin saber que soñaba.
VI
Si no queda nada nuevo
bajo un sol que se duerme
entre mis brazos
demos al viento su aire exótico
y al pájaro su trino certero
que pregone al mundo
mi amor completo.
VII
Al fin viniste
con tus ojos de agua y miel
entre las estelas ardientes
de mis pasos
pintando con trazos
azules por el cielo
susurrando en mis oídos
dulces nombres
de una misma voz
que brilla diciendo
te quiero.
Francis.
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La voz íntima
I Anhelo
Castiga mi sombra tu raíz
en cruel delirio
el aire frío rompe y ama
embriagado cede al dolor
al alta y suave cima
donde la noche
fugitiva, alerta,
vence en mortal delirio
tu grandeza.
II Sigilo
Es la añoranza
un dolor suave
como el rocío
en una violeta singular
la idéntica sustancia
que une azul profundo
y un lago eterno
mis ojos y tus ojos
y miles de olas en el mar.
III Serenidad
Poderoso galeón
lleno de perlas preciosas
tentación y desafío
como de esencias exóticas
arquitectura difícil
florecidos los jardines venecianos
de la vida
de madura malvasía
y se derramó mi gozo
en tu vientre
henchido de canela.
IV Ráfaga fría
Cuando la soledad empieza
y la aceptas y en ella vives
diríase que soy una isla
sordomudo y estéril
viudo de amor errante
meditabundo en el reino
de los lúcidos
preso de la sangre limpia
es el látigo de la crueldad inútil
y en el exilio interior
donde mi capa te cobija
y donde tú te conviertes
en mi señal única.
V Evocación
Si la noche es un turbio interrogante
y los recuerdos abrasan
como una playa ardiente
es el tejido de la noche estrellada
pleamar de plata
oro cristalino en una copa de champaña
el vaivén azul del pensamiento
la palpitación que asfixia
el placer de una sonrisa
como perfume de anémonas remotas
vuelvo ahora a la consciencia tibia
pero perdura incluso
el dulce sabor de la fruta
que bajo el sol madura.
Francis.
Inacabado
a
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