Animal salvaje
Soledad ausente
el aullido del lobo
en la luna creciente
y la sombra será luz
y la luz de plata
su silencio
de muerte.
La tierra negra
el aire oscuro
su espinazo erizado
el basto mundo
una oración en el vértice
de sus afiladas uñas
de carne desnudas
ojos de péndulo detenido
rojos en su núcleo hercúleo.
Desnudez pávida de hojarasca
y rama seca
manada de sociedad secreta
pronto se revelará el alba
y su mesura
pronto será hombre
peor desdicha le abomina
sino descubre la luz el sol la vida,
y deja de lado
la palidez hiriente de la luna.
Roto el mundo por el hombre
y sus universos
destronó mariposas
y la espiral preciosa
de sus inquietantes vuelos
desecó ríos
quebranto las normas
sonámbulo de delirios.
Ahora todo se concreta
se elevó el águila esquiva
con alas de alambre muerta
prometida la hoja de la espada
y la sangre que la alimenta.
Francis.
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Retorno al origen en Mojácar
Azuloscuro
I
Lejos cuando los océanos
se tornan azuloscuro
y parte en dos el firmamento
quedará siempre el rumor
de olas inmediato
el contorno quieto y rebosante
de los cuerpos.
II
Fue mediatarde en Mojacar
más allá del ámbito luminoso
cuando un guante
de espinas escurridizo
enfundó mi soledad
y se cristalizó de grietas
en un mar de olas espumoso.
III
Cruzó el blanco velero
del Sur al Norte indolente
dejando en su estela
tantos recuerdos
tanta simiente.
IV
Observo furtivo mi cuerpo
entre sus cristales aguas
y te convoco con todo
el pretexto conocido
pues ahora que en el amor
me encuentro generoso
es en tu dicha cautivo
y en mi anhelo
creador de sueños
con las iniciales
de tu nombre escurridizo .
V
Cuando la luz violenta
de la tarde
cae de poniente derramada
construye sombras
de casas encaladas
pierdo la imagen de este mundo
y el tacto huérfano
resume mi existencia.
VI
Espejo opaco
azul profundo y amigo
tentación puesta en mis ojos
completo el mundo
congrega la tarde en mis ojos
la luz diversa
mientras mi alma
sitiada te aguarda
he ahí mi castigo
VII
¿Es éste el mismo cielo
que contigo comparto?
¿La misma arena ardiente
acoge mis pasos?
serás el fuego hermoso
entre mis brazos
cuando tensado
el arco luminoso
en nuestros días
desposeído de sombras
y silencios
vengas a compartir tu
origen con el mío bullicioso.
VIII
Lleva la rosa revuelta
su olor en tu pelo
y en cada pétalo un lucero
y en su luz brillante
mi amor certero.
--En cada acto de la vida
existe un bello desafío.--
Francis.
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El mar se rinde en celos
I
Se desplegó el pliego mar
insatisfecho en la alborada
cuando la ensoñación
de los navíos
cruzó el fulgor del rojo
bronce vivo
despertando en la orilla
tu alma y un sueño mío.
II
Insultado el océano insomne
de no poseer tu alma humana
te retó en desafío
nunca más verías tu reflejo
en la fina capa
desposeída la carne
de su agua salada.
III
Ya sin ancla
derrotado a deriva
como un destello
en plenilunio
contempló con tempestad
el destino tuyo y mío.
IV
Ahora camina sonámbulo
la gota de agua detenida
sin la irradiación opaca
de la luna en su orilla
sin poder ver rodeado
tu cuerpo en su alma acuosa
tampoco el delgado
latido de la lluvia.
V
Fue por furia
arrancado el cordón umbilical
de los veleros
del firme de su suelo
llenando esqueletos de hierro
la infinitud de los buques
amarrados en sus puertos.
VI
Pero antes de que todo terminase
en el ocaso de la misma locura
apareciste tú plena
como un soplo
que de nueva vida germinase
reanudado el paso
recobrado el curso de derrota
retrocedió la cólera mar adentro
amarrado el triunfo en su morada.
VII
Recobrado el rumbo
colmado el velamen desplegado
giró nuestro buque iluminado
donde rasgó en el horizonte
nuevo mundo
y tembló la superficie
intacta del océano.
Francis.
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Verano abisal
Arde el aire tórrido
y las avispas absorben
hasta la última gota húmeda
que se derrama de las máquinas
de aire acondicionado.
El aire desnudo
de olores y fragancias
del polen sinuoso
corazón íntimo de las plantas
el astro incendia la luz
y la luz incendia mis pupilas
surcadas por rayos luminiscentes
trémulo el pulso superlativo del verano
sobre el blanco de los lirios
en el frescor palpitante y
revivido de los últimos vergeles.
Ahora bien
si es la noche
que en el amor nos abrasa
y el centinela del firmamento
ilumina de repente
la vigilia de tu sueño
más claras y fugaces las estrellas
cuando el trazo blanco
de la noche iluminada
cruce el horizonte
y la soledad nocturna
de los hombres
en las divinas noches
te contemple.
Pues no hay más hoguera
que el alma clara y trascendida
cuando el sol navegue solitario
emperador de la muerte
cruzando remolinos por las
desérticas calles
encuentre huérfano detenido
en las torres del anhelo
quebradizo el sueño
y perenne el pulso de mi ilusión
en la letanía de la esperanza
y tu sentido.
Francis.
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