V Trueno
Trueno en la noche sin tormenta
frío en la piel herida
cielo sin techo
el alma plena
nunca termina el alba
acorazada de noviembre
a la llama del candil
a la llama omnipresente
volarán mis sentidos
sobre los trópicos de tu piel
en la frontera de mi misma vida
así encontraras mi volcán
rugiendo en las orillas
de tu sonrisa.
Entra la noche en casa
cuando las jaulas cantan y cantan
y el haza oscura y plena
en su llama roja
desprende furtivo
que en el balcón añora
la soledad del polvo
el abeto y la acacia
roto el corazón en el pecho
del árbol puro al amor eterno.
VI Un sueño solitario
¿Es la roca fría escollo o pico y cima?
tierra, aire, agua, y fuego todo
que huye de la sangre gastada
que no da fruto,
y en la libertad corazón de agua
convirtiéndola en metal puro
el horizonte con tu ausencia
y con su vida eternamente en fuga.
Volarán los días
y fabricaré un nuevo viento
de humana primavera
como la fuerza suave de una espiga
y un sueño
que nunca estuvo a la deriva
donde hallé cruces y tumbas
el juego hostil de la vida
pero perdurará eterna en el pecho
esta vital llama
como la soledad hambrienta
de una isla
el suave vaivén
de la proa de un barco
y la infinita belleza de tu sonrisa.
Iba la noche jugando luna arriba
mientras sangre y piel
mágicamente viva
en la quietud de los pensamientos
viene tronando de lejos
melancólica y dispuesta
la quimera de una rosa.
Ofrezco mi vida y la esperanza
es la patria el árbol vivo
pétalo exuberante de la flor
que del olivo brama el viento
y de una ventana entreabierta
cuando entra el aire frío y yermo
sufro agotado infértil
el vértigo de tu ausencia.