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jueves, 10 de noviembre de 2011



V   Trueno



Trueno  en la noche sin tormenta

frío en la piel herida

cielo sin techo

el alma plena

nunca termina el alba

acorazada de noviembre

a la llama del candil

a la llama omnipresente

volarán mis sentidos

sobre los trópicos de tu piel

en la frontera de mi misma vida

así  encontraras mi volcán

rugiendo en las orillas

de tu sonrisa.

           



Entra la noche en casa

cuando las jaulas cantan y cantan

y el haza oscura y plena

en su llama roja

desprende furtivo

que en el balcón añora

la soledad del polvo

el abeto y la acacia

roto el corazón en el pecho

del árbol puro al amor eterno.







VI   Un sueño solitario



¿Es la roca fría escollo o pico y cima?

tierra, aire, agua, y fuego todo

que huye de la sangre gastada

que no da fruto,

y en la libertad corazón de agua

convirtiéndola en metal puro

el horizonte con tu ausencia

y con su vida eternamente en fuga.






Volarán los días

y fabricaré un nuevo viento

de humana primavera

como la fuerza suave de una espiga

y un sueño

que nunca estuvo a la deriva

donde hallé cruces y tumbas

 el juego hostil de la vida

pero perdurará eterna en el pecho

esta vital llama

como la soledad hambrienta

de una isla

el suave vaivén

de la proa de un barco

y la infinita belleza de tu sonrisa.






Iba la noche jugando luna arriba

mientras sangre y piel

 mágicamente viva

en la quietud de los pensamientos


viene tronando de lejos


melancólica y dispuesta


la quimera de una rosa.






Ofrezco mi vida y la esperanza


es la patria el árbol vivo


pétalo exuberante de la flor


que del olivo brama el viento


y de una ventana entreabierta


 cuando entra el aire frío y yermo


sufro agotado infértil


el vértigo de tu ausencia.




                                             querras más ? 



               




miércoles, 9 de noviembre de 2011



          De ti y de mí

           en la nueva estación.





Traspasarán la luz

las tardes nuevas de otoño.





I



Lo mismo que el viento

es extraño sentir

acantilado infinito

de cara a la noche

sentir tu piel primera

navegar misterioso el vivir.







II



Se entrometen

las tardes de otoño

huelen a universos fríos

a estrella errante

a tierra mojada

a paisajes sombríos.







III



Nadie duerme esta noche

¿Cómo vivir?

mi corazón quedó ya solo

las tardes desérticas

como reguero de polvo

el cometa brillante.







IV



Un grito me auxilia

en el mortal vacío

mi cuerpo desnudo

naciendo en mis ojos

todas las estrellas flotantes

turbado por la fiebre

de mi propia nostalgia.







V

 Ahora que vuelves

como el junco tocado por

la delgadez plácida del agua

acariciar tu imagen

crepitando entre mis llamas

soñar contigo

sin saber que soñaba.







VI



Si no queda nada nuevo

bajo un sol que se duerme

entre mis brazos

demos al viento su aire exótico

y al pájaro su trino certero

que pregone al mundo

mi amor completo.







VII



Al fin viniste

 con tus ojos de agua y miel

entre las estelas ardientes

de mis pasos

pintando con trazos

azules por el cielo

susurrando en mis oídos

dulces nombres

de una misma voz

que brilla diciendo

te quiero.



                                                Francis.  

                          X7 x9    x2011









La voz íntima



I  Anhelo



Castiga mi sombra tu raíz

en cruel delirio

el aire frío rompe y ama

embriagado cede al dolor

al alta y suave cima

donde la noche

fugitiva, alerta,

vence en mortal delirio

 tu grandeza.







II  Sigilo



Es la añoranza

un dolor suave

como el rocío

en una violeta singular

la idéntica sustancia

que une azul profundo

y un lago eterno

mis ojos y tus ojos

y miles de olas en el mar.







III  Serenidad



Poderoso galeón

lleno de perlas preciosas

tentación y desafío

como de esencias exóticas

arquitectura difícil

florecidos los jardines venecianos

de la vida

de madura malvasía

y se derramó mi gozo

en tu vientre

henchido de canela.







IV  Ráfaga fría



Cuando la soledad empieza

y la aceptas y en ella vives

diríase que soy una isla

sordomudo y estéril

viudo de amor errante

meditabundo en el reino

de los lúcidos

preso de la sangre limpia

es el látigo de la crueldad inútil

y en el exilio interior

donde mi capa te cobija

y donde tú te conviertes

en mi señal única.







V  Evocación



Si la noche es un turbio interrogante

y los recuerdos abrasan

como una playa ardiente

es el tejido de la noche estrellada

pleamar de plata

oro cristalino en una copa de champaña

el vaivén azul del pensamiento

la palpitación que asfixia

el placer de una sonrisa

como perfume de anémonas remotas

vuelvo ahora a la consciencia tibia

pero perdura incluso

el dulce sabor de la fruta

que bajo el sol madura.



                                                               Francis.  

                                               

                                                           Inacabado


martes, 8 de noviembre de 2011

Ahora hablaremos de mí



La luciérnaga





No duerme el desconsuelo,

 y el frío firmamento

me acaricia como un velo,

de su triste duermevela.







Me clavó bien, al hueso,

 la mordaza anudó

mis ataduras,

 ¿que navío cruza

todo el océano

sin izar su vela?.







Persigue la serpiente la luciérnaga,

por su brillo natural que la

alimenta,

como una cúspide virgen de luz,

entre los ateridos fantasmas

que me habitan.

¿eres tú una verdad?.







Ahora no hay tiempo de sentir

 el desconsuelo,

Sigue la vida, urgente y transitoria,

muda la meta de su trayectoria

y rasga del mañana el hondo

velo.







Veo las estrellas,

y sus constelaciones,

como miro las remotas edades

de titánicos hombres,

de sus efímeras divinidades.

deambulan entre los jardines

sombríos

de las ciudades.







Me alzo yo versátil y valiente,

no quiero un desafío,

ni ser zafio,

vivir la vida, si,

 ¿es acaso imperativo ?

¿enfrentarse a todo?

¿sin destino?.







Que brille el sol y la luciérnaga

que estallen en colores infinitos

que no se apague

el brillo de sus ojos

de sus promesas, de sus desatinos.







Si tienes que mentir,

 hazlo más tarde,

consiente este verano que te crea

sin que el temor de octubre

me acobarde

que ningún juez declare mi

inocencia,

pues pagué con creces mi

condena.







Mas tu mira, contempla,

¿Cruzarás el umbral

 de un mundo mágico?

¿La otra realidad

que está tras ésta?

que recuerdo tan hostil

descansas en mis manos,

en mis ojos

que orgullo, me alzas con tu frente.







Si la vida solo la aprendemos,

placer y dolor se ofrecen siempre,

no quiero herir ni ser herido,

pero vivamos este momento,

sin que habite de nuevo el olvido.

donde el viento escape a sus

insomnios.







Se hace lenta la noche,

casi inaccesible,

como yo.



Francis.

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