Manifiesto en un naufragio
Hoy ya no quiero regresar
a un muelle
de océanos encontrados
el agua fluye y te observa
una sirena en los barcos hundidos
y el blanco claror
de alambres retorcidos
Plateadas las alas de una ninfa
navega en el muro sonoro del océano
monolitos de ciudades sumergidas
de aquel viaje triste y sin destino
mientras lámparas ardientes
cuelgan eternas en el cielo.
Nace la tierra
se riegan los maizales
el agua ruge
en cubos transparentes
y una tarde de diciembre
perdió el rumbo el marinero
en hogueras de cielo incandescente.
Son como cristales opacos
el sueño y el olvido
los largos amaneceres
que me enseñaste
cuando escondías tus ojos
detrás de los míos.
En la inmensidad de los océanos
la noche es sorprendente
los valles de flores frías
acarician nuestros cuerpos
en una noche infinita
mas arde la mirada viva
de tu ojos sobre mis ojos.
El camino fue largo
se disipó la niebla negra
como la barca de un río
mientras giró hostil el mundo
con una espada de fuego.
Mas ya no hay sonido
ni silencio
ni calor ni frio
cielo ni infierno
ni patria ni cuna
ni alambrada de espino
ni pueblo sin tierra.
Estas ahora
y la luz despierta
se llena mi mente
en el jardín del tiempo
clarea la mañana amanecida
y estas tan bella.
Nademos las calles sumergidas
de aquella ciudad intacta del recuerdo
llena de ricos manantiales
un tesoro en cada esquina
mientras escalamos
las más altas ramas de un olivo.
El tiempo se eleva y avanza
como un ave
no retorna
ya no se escucha
la tremolina de sonidos en la calle
oigo tu voz que me susurra
y quedo estático
en la habitación oscura
mientras me entrego a ti
sin temor de un naufragio.
X28 X1 X2021
Francis
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