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martes, 14 de mayo de 2024

La patria de los hombres

 



La patria de los hombres


La tierra entera

hombre mortal

quieres abarcar y aun te torturas

un arenal enorme te rodea y somete

en horizonte inabarcable

colosales los muros de piedra enormes

que al hombre se revelan

luces y sombras entre visible e invisible

la tierra se abre a la tumba que te espera

una puerta ilumina la puerta del pasado

comienzo y final se conjuran

mientras expira tu reinado

en el infinito rumor de las olas

que ya no escuchas.




Un brazo de barro sujeta tu cintura y se moldea

la tierra se colma del rocío del alba

el dolor paraliza

te cede y somete

rodea la mente en silencios

ya no escucho la risa clara y los suspiros

mientras una flor arde

en el crepúsculo de un día que se retrasa

el aire abatido

se transforma en una sábana blanca

inabarcable en el iris de tus ojos.




Pulsa la tierra en su constante giro

un loco crepúsculo ilumina los contornos

entre un tiempo que se estremece

como aullidos de lobos en las colinas

vendrá la muerte cuando quiera

trayéndome caballos negros

de rosas encarnadas.




Si, vendrá la muerte cuando quiera

tañendo sonidos de susurros hipnóticos

sé bien quién eres tu

revestida de piel negra

estatua de frio mármol

adormeces los secretos de los hombres

los cautivas

hasta dormirlos eternos

entre los fríos enlunados

un cáliz traspasaba la pureza adormecida

mientras una caverna de luz pura

se abre a los labios blancos

de amor aletargados.




Tanto soñé contigo

que se me fue la idea de tu mundo fugitivo

cuando alcanzaré aquel cuerpo vivo

ahora camino hacia ti

convertido en tu sombra y tu fantasma

mientras me rebela esta nación de santos

las brasas me consumen

esta alma peregrina.




Traías en racimos

vino de amor entre los ojos

entre el rostro y el pecho

tu noche ocupó el brillo nocturno

de todas las ciudades

y el viento no soplaba

yo muy alejado te contemplaba

entre las llamas de una selva

enjaulado me extinguía

la luz entonces era de otra manera

la roca sobre la tierra prometía

regreso a la playa en que era niño

la humedad relativa de las olas

la estructura sencilla de las cosas

fue un hermoso sueño a medio día.




Para calmar la falsa sed

atrapé la rosa negra de un estanque

tienden hacia Oriente indescifrables

en el ocaso los rayos de bramante

bruma en mis sueños más lejanos

una isla apacible a la orilla de un enorme mar

la fría noche náufraga se alejaba

mientras un hombre ajeno

de ceniza me habitaba.




Alados de humo

se alzaron crepitando lo sueños

mientras eran devorados por la bestia

me resisto abrazado a la piel

de los sueños que me envuelven

ya no hay tierra sin dueño

ni silencio atronador de la noche desnuda

la maldición enorme del silencio

preso y errante

el hechizo me invade

impaciente de vida me deshace.




Deja que alargue esta quietud apacible

que tú sabes bien que me embriaga

sé que todo está aquí

la patria entera

en el albor de un cielo que clarea

arden mis ojos detrás de tu mirada

como un abismo

detrás de la laguna gris de un espejo

deja pues

que alargue esta quietud apacible

que la fortuna no me aciaga.




La patria de los hombres se deshace

como se funde el hierro

en las manos del orfebre

como la arena inabarcable del desierto.



                                                                                 Francis

                                                     X7 X5 X2024



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